Atrás quedaron los tiempos en que los filósofos eran las celebridades de moda. Primero fueron los antiguos griegos. En la época helénica, lo esencial era quién movía más las lenguas que Diógenes el Cínico, que durmió en un barril, o la ejecución pública de Sócrates por cicuta envenenada. Unos cuantos miles de años más tarde, en Francia, surgió otra era de ‘filósofos rockstar’: las multitudes se agolpaban para escuchar los estremecedores pensamientos existencialistas de Jean-Paul Sartre o las lecturas feministas de Simone de Beauvoir. En comparación, estamos un poco secos en lo que se refiere a…